Trabajar con niños especiales es todo reto, requieren todo el tiempo y atención posible, pero no hay como la satisfacción que se ve en su cara cuando han logrado cumplir un propósito, es como si la felicidad tuviera rostro y se reflejara en ellos...

Hoy compartí con una de mis alumnas estrella, una adulta en edad más adolescente en la mente; tiene 21 años,  sorda de nacimiento y con leve retardo, no aprendió el lenguaje de señas, así que uno se las ingenia para comunicase con ella, entiende todo perfecto, y Pinta bellisimo; el arte se le va bien, tiene una gran habilidad en la vista y excelente motricidad, aunque su condición especial la hace estructurada y con nulo pensamiento abstracto, más sin embargo con ayuda ha aprendido a soltarse un poco... También está la consentida de la casa, una adolescente de 18 años pero con síndrome de dawn que la dejó estancada en la edad de 6 o 7 años, su pensamiento es abstracto absolutamente, sus trabajos artísticos denotan una libertad de espíritu envidiable pero como es de esperarse no hay en ella ningún sentido de disciplina y método; por lo que enseñarle técnica es todo un reto, más sin embargo es gratificante ver como avanza poco a poco. Estas dos niñas son la antítesis en persona, una habla hasta por los codos, y otra nunca aprendió hablar, una con nula abstracción y otra totalmente abstracta pero verlas juntas es un sueño, son muy buenas amigas y comparten todo, se entienden perfectamente, son como digo yo, "<un milagro de la naturaleza humana>" que te enseñan más a ti de la vida de lo que uno puede enseñarles del arte.

También fue hoy la primera clase de un chico de 15 años con  un retraso impresionante, según me cuenta su madre, le dijeron que no podría caminar ni hablar, ni aprender cosas; más sin embargo y en contra de todos los pronósticos, el chico habla y entabla conversaciones, entiende perfectamente, camina perfecto y es capaz de atender sus necesidades básicas por si sólo... El me comentó lo siguiente "Lo que más me gusta es practicar" y creo que ese es su milagro, es un niño incansable, sabe que la única manera de superarse a si mismo es con perseverancia y lo intenta hasta el final. Trabajamos hoy  con líneas y pintura con creyon de madera, una especie de ejercicio de atención y concentración que le costó mucho pero que insistía en él del modo que sólo lo hace la gente valiente. Si algo he de aprender de él será eso "constancia y perseverancia" y estoy feliz por estar este lugar aprendiendo a vivir junto a ellos...


JHANOAYRA BB 2011
LA VIDA NO SE CANSA DE ENSEÑARTE A TRAVÉS DE LAS COSAS SENCILLAS, LAS MÁS GRANDES LECCIONES...